sábado, 22 de enero de 2011

Una carta

Era el año 1970, estaba en Granada estudiando. Mi novio, como se decía entonces, estudiaba en Linares (Jaén). En aquella época no había móviles, y el teléfono se usaba sólo en contadas ocasiones. Nos veíamos en vacaciones y en algún que otro puente, porque no había demasiado dinero en las familias. Así, las cartas, día a día, alimentaban nuestra relación y las veces que el cartero pasaba de largo te decías: quizás mañana. Si el nuevo día no traía carta y el siguiente tampoco, aparecía en mí un sentimiento de tristeza, de añoranza, de soledad… que en una de esas ocasiones me hizo escribir lo siguiente:

UNA CARTA

Una carta, un papel con letras,
significa tanto para mí
cuando  es tuya,
que si me falta
es como si me faltase parte de mí.

Sí, esa parte de mí que es tuya
y ese ser tuyo que me das cada día.

Sí, todo eso significa una carta,
un sobre que viaja, recorre distancias
para acabar rasgado
pero, no le importa,
está contento,
ya cumplió la misión que tenía,
ya alegró a un corazón solitario,
ya devolvió el brillo a unos ojos.

Pero tú, tiempo, parece que te acortas,
nos haces correr,
nos traicionas.
Y acabamos diciendo  “no hay tiempo”,
y no hay carta,
y ya nadie recorre el camino,
y ya nadie recorre distancias,
y ya sólo nos queda el recuerdo,
de que un día, quizás ya olvidado,
unos labios dijeron: “TE QUIERO”.
                            
Granada, 1970
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Texto: Chelo  
10/3/1972


10 comentarios:

  1. Me he quedado sin palabras y flotan las añoranzas de una carta en mi corazón quizá aquella carta que quedó por enviar o terminó en una papelera...o tal vez aquella que aún escrita y enviada unas malas intenciones derivaron al vacío.
    Un abrazo!!

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  2. Muchas gracias Tini y bienvenida.

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  3. Recuerdos a miles, las cartas,escritas dia a día, al novio, a los amigos, a los padres, a la familia. Mi vida desde que tengo uso de razón transcurrió entre papeles.
    "Sí, todo eso significa una carta,un sobre que viaja, recorre distancias para acabar rasgado
    pero, no le importa, está contento"
    Precioso.
    Besos

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  4. Uf, casi no escribíamos cartas entonces. Dieciocho meses de mili, una y a veces dos cartas diarias son muchas cartas. Y además, largas, que teníamos tiempo. Un abrazo

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  5. ¡Bellísima forma de decir, Chelo! Quienes hemos pasado por esas mismas vicisitudes de distancia y cartas que van y vienen sabemos mucho de la espera, del buzón vacío, del aroma impregnado en el pliego del ser que amas, de la larga presencia en la escasa lectura de una carta.

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  6. Qué lindo.
    Añoro los tiempos de cartas... y eso que taaan del siglo pasado no soy, ja, ja.

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  7. Es difícil imaginarse hoy en día estar privado de la comunicación, pues entre los móviles e internet lo tenemos todo tan a mano que apenas le damos el valor que merece.
    Recuerdo que hace unos años me encantaba envíar y recibir cartas. Lástima que la falta de tiempo y el desarrollo de las tecnologías las hayan dejado de lado.
    Un abrazo!

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  8. Cuántas emociones nos trae una carta: los nervios de tenerla en nuestras manos, la alegría porque alguien se ha acordado de nosotros, la emoción de ver y reconocer su letra y la cálida sensación de sentir a esa persona a tu lado diciéndote, quédamente, lo que vamos leyendo.
    No sé vosotros, pero no hay día que, al mirar mi buzón, no busque entre tanta publicidad y alguna factura, un sobre con noticias de algún ser querido. Hablo con ellos por teléfono, pero tenerlos siempre que quiera, releerlos..es un momento único y especial.
    Como ves he seguido tus instrucciones y aquí me tienes. Gracias por tu blog y por tu compañía, un abrazo.

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  9. Chelo, los teléfonos móviles y la rapidez electrónica de las comunicaciones hoy día, no han mejorado el contenido de nuestras cartas, lo han trivializado. No ellos, nosotros. Por la ambición de decirlo todo y a todos, solo porque podemos. Creo que añoras esos puentes y esas cartas como todos añoramos volver a los sentimientos profundos, a las relaciones verdaderas, a las que se podian construir con cartas en papel porque nadie las apuraba. Aunque nos dejara tristeza la ausencia del cartero, tal vez era una tristeza buena. Un dolor por entender que las relaciones profundas y duraderas se construyen necesariamente despacio. Podemos usar la tecnología para enriquecer nuestras relaciones cuando depositamos en nuestros artículos toda nuestra riqueza espiritual, lo más auténtico de nosotros, cuando nos comprometemos con lo que escribimos. Me gustaría mucho que publicaras este posteo en el Taller Literario del Blog de Informática para Adultos. A mis alumnos les hará muy bien leerlo y tenerte como compañera de taller. Si me autorizas lo copio desde aquí y lo publico allí a tu nombre. Si quieres publicar otra cosa puedes enviarlo a mi mail veronicasofiadangelo@gmail.com. Extiendo esta invitación a quienes estén interesados en participar con sus escritos.
    Saludos a todos
    Vero

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  10. ¡Cuántos recuerdos nos traen las cartas! Quizás el blog venga a suplir, de alguna forma, esa necesidad de expresar nuestros sentimientos que tenemos. gracias y un abrazo a todos

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